En la naturaleza, las ovejas pueden someterse a la esquila de manera natural y autoinducida a medida que frotan su lana contra arbustos, árboles y otras superficies rugosas. Este proceso se conoce como “vuelco” y es un fenómeno común en ovejas que viven en condiciones silvestres o semisilvestres. Cuando las ovejas vuelcan, el roce constante de su lana contra objetos ásperos provoca que se desprenda de manera gradual.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, especialmente en la cría de ovejas domesticadas, se utiliza la esquila realizada por esquiladores profesionales para garantizar que el proceso se realice de manera eficiente y segura tanto para el animal como para la obtención de lana de calidad.